El elevado coste de las viviendas bioclimáticas en España condiciona su implantación

La arquitectura sostenible contribuye a reducir la contaminación, las emisiones producidas por los edificios y el consumo de energía al desarrollar proyectos eficientes y respetuosos con el medio ambiente. Este tipo de arquitectura se basa en la adecuada gestión y reutilización de los recursos naturales así como en el ahorro energético. La clave a la hora de diseñar edificios sostenibles es la capacidad de utilizar menos materiales y mejores, sin perder rentabilidad, empleando el espacio del que se dispone de forma más eficaz. Sin embargo, pese a los beneficios que reporta, España se encuentra en el antepenúltimo puesto de Europa, según datos del Observatorio de la Sostenibilidad.  El precio de un edificio sostenible es superior al de uno convencional, una inversión inicial muy elevada que se recupera posteriormente con medidas de ahorro energético en un espacio corto de tiempo.

Conjunto de viviendas bioclimáticas en Tenerife

En los últimos 10 años se han construido más de cuatro millones de viviendas en España y ninguna tiene las características de ser sostenible. “Una de las razones de esta escasez es la sostenibilidad de los proyectos bioclimáticos, ya que no se encuentran entre las variables que las promotoras y constructoras consideran importante, además de contar con el elevado coste inicial de la arquitectura sostenible”, explica Luis Maestro, experto en casas ecológicas. Por lo que, en opinión de DEGW sería necesario fomentar este tipo de construcción mediante subvenciones o legislaciones como ocurre en Cataluña o por ejemplo en Navarra donde el Gobierno de Navarra, a través del Departamento de Vivienda y Ordenación del Territorio, aportó  a la promotora Valle Ulzama una subvención de 230.000 euros, en concepto de ahorro y eficiencia energética, para llevar a cabo la construcción de una promoción de 78 viviendas bioclimáticas. Sin embargo, no ocurre en todas las comunidades,y las más vulnerables son las que sufren los mayores problemas, de ahí, que no exista ninguna infraestructura bioclimática en Castilla La Macha o en Murcia, según datos del Observatorio de la sostenibilidad en España. Además existen otros problemas con los que se enfrenta la arquitectura sostenible, estamos hablando de la escasez de materiales existentes con “etiqueta verde”, aquellos que son reciclados y que como por ejemplo el cemento ecológico, actúa sobre el medio ambiente eliminando la suciedad de origen orgánico que se adhiere a su superficie y rebajando los niveles de contaminación medioambiental utilizando la energía solar como catalizador para iniciar una reacción química. Así se consigue un material sostenible. 

En España, el país más soleado de Europa, el uso bioclimático en la construcción es casi nulo. Frente a países como Grecia, que lideran esta política, España está a la cola. Excepto pequeños proyectos, casi siempre individuales, resulta difícil encontrar «edificios bioclimáticos». «Es otro tópico a desterrar. Los criterios bioclimáticos deberían ser los mismos para un edificio de viviendas o para un chalé«, asegura María Jesús González, arquitecta ecológica. Afirmación respaldada por el presidente de Arquitectos Sin Fronteras, Jorge Silva, quien añade que «así se aumenta la conciencia medioambiental, pero falta la del dinero. La escasa demanda hace que los costes de materiales aún sean caros«. Una realidad que condiciona muy mucho la implantación de viviendas bioclimáticas pese a los enormes beneficios medioambientales  que conlleva su construcción que no ve aumentado el número de casas bioclimáticas, sobre todo en España.

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